martes, 12 de octubre de 2010

Los lanceros del Jaral del Conde de San Mateo de Valparaiso


Sobre la abundante historia de la Hacienda de San Diego del Jaral de Berrio no acabaremos nunca de agotarnos el tema. Ahora, a consecuencia del interés surgido por el tema del Bicentenario y la aproximación que debemos hacer a la verdadera historia de México y de sus reales personajes -no mitificados- y sus reales acontecimientos, -no las míticas batallas- encontramos lo siguiente:

"... uno de los sobrevivientes regresó a galope hacia Aculco, donde comunicó a los jefes rebeldes el descalabro. Aunque Hidalgo y allende habían decidido en un principiono enfrentar a Calleja, las cosas se precipitaron al conocerse que los realistas avanzaban hacia ellos rapidamente. Los insurgentes pensaron sostener una línea de combate para detener al enemigo hasta que el grueso de la tropa y avíos estuvieran fuera de su alcance. Con este fin situaron la caballería y las piezas de artillería tomadas a Trujillo en la acción del Monte de las Cruces en las lomas de la hacienda de Cofradía.

Mientras tanto, en el pueblo de Aculco reinaban la confusión y por ello los carros, las reses para el abasto y los arrieros no se ponían en marcha con la rapidez requerida para huir a sitio seguro. Era ya demasiado tarde. Las tropas del rey, apoyadas por los lanceros del Jaral, del conde de San Mateo de Valparaiso, se veían ya sobre las lomas de Gunyó, avanzando en ordenada formación y haciendo sonar sus tambores de guerra. Los insurgentes esperaron mucho para iniciar el fuego de su artillería y, cuando lo hicieron los realistas estaban muy cerca, por lo que los tiros pasaron sobre ellos sin alcanzarlos, mientras tanto Calleja había montado sus cañones y comenzaba a dispara sobre las tropas de Hidalgo". (1)

Por su parte, don Lucas Alamán, escribiendo sobre la batalla de Aculco, lo menciona de este modo: "Los demas cuerpos de infantería fueron llegando sucesivamente y formando en batalla, para sostener la persecucion del enemigo por la caballería que los siguió, siendo el primero el conde de S. Mateo Valparaiso con sus lanceros del Jaral". (2)

Esto que Lucas Alamán escribe, es la consecuencia de lo sucedido semanas antes en el Valle de San Francisco, actual estado de San Luis Potosí, y Carlos María Bustamante lo escribió así: "En el momento, pues, que llegó Calleja a San Luis Potosí, comenzó a expedir órdenes para reunir su brigada, y además las expidió a las haciendas y pueblos de todo su distrito. Todas fueron obedecidas exactamente, de modo que Salinas, Ramos, Ojocaliente. El Venado, Bocas, Espíritu Santo, Valle del Maíz, Valle de San Francisco y El Jaral, no sólo le ministraron la gente que necesitaba, sino mucha más, que tuvo después que retirar porque carecía de armamento para equiparla. El marqués de Moncada no se limitó a prestarle obediencia a sus decretos, sino que se estrechó en tanto grado con él, que no daba paso sin consultarle aun en lo más mínimo que le ocurría". (3)

Efectivamente, Juan Nepomuceno Moncada iba al frente de sus lanceros en todo esto que sucedió el 7 de noviembre de 1810, es decir, dentro de poco estaremos recordando los doscientos años de estos acontecimientos... sin lugar a dudas, las haciendas y los hacendados, forman parte viva de la historia de México.

Fuentes:

1.- Lara Bayón, Javier. Arroyozarco, puerta de Tierra Adentro. Instituto Mexiquense de Cultura. Toluca, 2003.

2.- Alamán, Lucas. Historia de México. Biblioteca Virtual Antorcha
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/revolucion_hidalgo/3_2.html

3.- Bustamante, Carlos María. Cartas del cuadro histórico de la revolución mexicana. Carta Segunda. Biblioteca Virtual Antorcha.
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/bustamante/2.html

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