sábado, 6 de noviembre de 2010

El baile de los 41 cumplió ya su Centenario y apenas nos acordamos


Hace poco te decía del desabrido Bicentenario, pues bien, no creo podamos ponerle calificativo alguno al Centenario. En lo personal ese festejo no me atrae y la historia de ese período nunca ha sido de mi agrado, con ello no quiero decir que no sea interesante, tiene sus cosas, algunas buenas, como lo bueno que hizo don Porfirio, algunas malas, como la caída de las haciendas y su ahora ya, perdida irreparable, creo que eso lo hemos visto a lo largo de una buena cantidad de artículos... pues bien, dentro de las cosas que sucedieron antes del inicio de la Revolución y que en buena medida nos deja ver una de las razones por las cuales estalló el movimiento es lo acontecido un 17, ya amaneciendo el 18 de noviembre de 1901 en una calle llamada de la Paz y que ahora se llama Ezequiel Montes, en la Colonia Tabacalera, precisamente a un par de cuadras de lo que es ahora el Monumento a la Revolución. En la foto vemos a Ignacio de la Torre y Mier, alias Nachito.

Sabemos bien que las haciendas desde que fueron creadas, desde la entrega de las encomiendas y luego las estancias, fueron cayendo en manos de pocas personas, eso siguió por siglos, aun luego de la Independencia los latifundios siguieron prosperando, asi tenemos que una de las acaudaladas familias, sobresalientes en el porfiriato, Torre y Mier, contaban con diez de ellas, una tan solo con 16mil hectáreas para cultivar azúcar, eran los tiempos en que aun Cuba y Puerto Rico no sobresalían en la producción del endulzante, asi que, lo que el estado de Morelos producía era una enorme riqueza, misma que no llegaba a manos de los que cultivaban la tierra, como era el caso de la familia de Emiliano Zapata.

Ignacio de la Torre y Mier, el personaje del que nos ocuparemos este día nació el 25 de julio de 1866, fue uno de los seis hijos del matrimonio de Isidoro de la Torre y Gil con Luis Mier y Terán Celis, que a su vez, esta última, era la hija de Gregorio Mier y Terán y María de Celis. Dentro de las diez haciendas propiedad de la familia se encontraba la de Santiago Tenextepango en Morelos y San Nicolás Peralta en el Estado de México. Al parecer las de Tiacaque, Nanacamilpa y Cuatlapanga eran también propiedad de la familia, la cual era una de las que concentraba los grandes capitales "En el centro del país, el capital se concentró en las siguientes firmas mercantiles: en la de la familia Bermejillo, la de Manuel Escandón, Gregorio Mier y Terán, la casa Martínez del Río, Juan Antonio Beistegui, Cayetano Rubio, Jecker-Torre y Compañía, entre otras". (1)


La fortuna de Ignacio de la Torre y Mier y Terán sigue creciendo, sus relaciones también. El 16 de enero de 1888 casó con la hija predilecta de Porfiro Díaz, Amada, misma que tuvo con su primera esposa, Delfina Orega. Los privilegios de ser "el yerno del suegro", como se le denominaba eran tales que al poco tiempo apareció en la XVI Legislatura en la Cámara de Diputados del Estado de México, esto sucedió en 1892, más adelante fue candidato o, en todo caso, pre candidato para ocupar la gobernatura de ese estado, cosa que no sucedió debido a su vida "licenciosa", pues eran más que conocidas sus tendencias abiertamente homosexuales.

Es entonces que se da el hecho que acaparó la atención de toda la ciudad de México y que fue el mayor escándalo a finales del siglo XIX y principios del XX. "La ciudad de México era entonces mucho más tranquila y, generalmente, despues de las ocho de la noche, las casas estaban en silencio. De ahí que a uno de los gendarmes de la Colonia Tabacalera le llamara la atención que de un elegante carruaje bajara una pareja vestida con mucha ostentación. ¡Que extraña se ve esa mujer!, pensó, por lo que se acercó a esa lujosa casa de donde salía el sonido de una orquesta. Con mucha curiosidad el gendarme se acercó a la fiesta y vio que poco a poco iban llegando más carruajes. De pronto se dio cuenta de lo que estaba pasando. Las mujeres que llegaban no eran más que jóvenes disfrazados. El oficial avisó a la Comandancia y llegó hasta la casa con otros policías e hicieron una redada. Eran 42 hombres los que participaban en el baile, de los cuales la mitad estaban vestidos de mujer. Además, había una mujer, aunque nunca se supo quién era". (2)

Ese escandalo de "lagartijos" como se les denominó, colmó durante mucho tiempo los comentarios de todos los habitantes de la ciudad y fue cuando se acuñó la asociación del número 41 con la homosexualidad, pero, ¿por que 41 si en la fiesta había 42 personas? Pues así como ahora, antes, las relaciones políticas hacían maravillas, el 42 era ni más ni menos que el yerno del suegro, es decir, el esposo de Amada, la hija de don Porfirio Díaz, por lo tanto, su nombre desapareció del listado y la historia registró solamente a 41 participantes del baile, los cuales, por cierto, tuvieron un escarmiento fuerte, pues fueron enviados, los que no pudieron pagar las multas (entiéndase mordidas), o mover sus influencias con los altos mandos, y fueron a dar a la lejana Yucatán, es decir al Valle Nacional a realizar trabajos forzados. La prensa de la época lo reportó así: "La noche del domingo fue sorprendido por la policía, en una casa accesoria de la 4a. calle de la Paz, un baile que 41 hombres solos verificaban vestidos de mujer. Entre algunos de esos individuos fueron reconocidos los pollos que diariamente se ven pasar por Plateros. Éstos vestían elegantísimos trajes de señoras, llevaban pelucas, pechos postizos, aretes, choclos bordados y en las caras tenían pintadas grandes ojeras y chapas de color. Al saberse la noticia en los boulevares, se han dado toda clase de comentarios y se censura la conducta de dichos individuos. No damos a nuestros lectores más detalles por ser en sumo grado asquerosos". (3)


El incidente no llegó a más para Ignacio de la Torre, en su lujosa casa de afrancesado estilo en el Paseo de la Reforma, justo donde ahora se levanta el edificio de la Lotería Nacional, siguieron dándose las fiestas, al parecer en el ala derecha de la mansión. Don Porfirio, sabedor de las tendencias, cuando su yerno realizaba viajes al extranjero ponía a los embajadores a cuidar de sus actos. Y sucede que en 1906, cuando se organizaban los festejos que conocemos ahora como Fiestas del Centenario, sabedor de la Torre de la cantidad de invitados ilustres que habría, decidió contratar un caballerango, el cual le mantuviera sus corceles en perfectas condiciones para que, llegado el Centenario, lucieran en todo su esplendor, esta actividad cayó en un ranchero de la hacienda de Anenecuilco: Emiliano Zapata.

"Así surgió Emiliano Zapata a la vida pública. Al asumir su puesto, contrató los servicios de un abogado que a final de cuentas no hizo ningún trámite y sólo le quitó el dinero. Acudió después a otro abogado que tenía fama de oposicionista, y con ello lo catalogaron como alborotador, por lo cual el 11 de febrero de 1910 lo “engancharon” en el noveno regimiento de infantería, con sede en Cuernavaca. Afortunadamente para él, un hacendado enormemente rico y de ribete yerno de Porfirio Díaz –Ignacio de la Torre y Mier- se vio en la necesidad de conseguir un caballerango experimentado para que le cuidara sus animales en la ciudad de México. Se acercaban las fiestas conmemorativas del primer centenario de la Independencia; de todos los países del mundo llegarían a México invitados importantísimos y el señor de la Torre y Mier no podía permitir que sus caballos carecieran de la atención necesaria para lucirlos ante tan distinguidas personas. Consecuentemente, gestionó y obtuvo que Emiliano Zapata fuera dado de baja en el regimiento y así pudiera pasar a la capital a encargarse de sus caballerizas. Mucho se ha discutido acerca de si Emiliano Zapata presenció o no el ostentoso derroche de las fiestas del centenario. Como quiera que haya sido, poco después de la fastuosa celebración regresó a Anenecuilco, libre ya para reintegrarse a su mundo habitual. Sus amigos lo notaron abatido, desconcertado e intratable. Cuando le preguntaron qué sucedía, Zapata no pudo contenerse: -En México los caballos de los ricos viven mejor que nosotros- estalló". (4)


El desenlace de la historia no es en nada agradable, estallada la Revolución a de la Torre le expropian su fabulosa mansión, luego es encarcelado. Hasta Lecumberri iba puntualmente su esposa, Amada Díaz, la cual, con los pocos contactos que le quedaban buscó la manera de sacarlo de allí, fue entonces que, estando Emiliano Zapata en la ciudad de México y encabezando ya su movimiento de Tierra y Libertad, se apiada de su ex patrón y lo saca, al poco tiempo Ignacio se refugia en Nueva York en donde, pasados algunos meses, el 1 de abril de 1918 muere, dejando en serios problemas a su fiel esposa pues, en su testamento dejó propiedades, bienes y riquezas que ya no tenía, además de las deudas contraídas, mismas que pasaron a responsabilidad de su no amada Amada.

Como la historia del Baile de los 41 no es de todos conocida, aun con el paso de ya 109 años de que sucedió, la UNAM ha tenido a bien reeditar un libro que sobre las costumbres porfirianas y, especificamente, el sonado caso será bueno coseguir Los 41: novela crítico social de Eduardo A. Castrejón. Si tu vives en el DF o a donde llegue la señal de TV UNAM, para el aniversario de este acontecimiento no te puedes perder "Los 41". Una película documental de Luis Chapital. Estreno nacional: viernes 19 de noviembre a la 22 horas por el canal cultural de los universitarios.

Ya para terminar, que mejor que regodearnos con lo escrito por Salvador Novo, no sobre Igancio de la Torre y Mier, sino de otro que también participó en el sonado escandalo: Toña la Maromera. "Regresó [refiriéndose a Antonio Adalid] a México en plena, alegre juventud -y en pleno, opulento porfirismo. Era la época en que los exquisitos aristócratas celebraban fiestas: auqneu privadas, sin duda trascendidas a la murmuración y el escándalo de una pacata ciudad pequeña: la época, en fin, del famoso baile de los 41. Antonio era el alma de aquells fiestas: Toña la Maromera, como recordaba que le apodaban por su afición a una caricia que debe de haber sido entonces poco ordinaria, o que Antonio pacticaría con mayor europea destreza o predilección..." (5)

No cabe duda que al escarbar en la historia del Centenario, es decir, del antes, durante y después de la Revolución nos iremos encontrando con una serie de historias que, como la "nana Tancha" decía en ese famoso comercial: esa, esa es otra historia...


Fuentes:

1.- González Orea, Tayra. Métodos de financiamiento agrícola en México. Documento en internet. http://www.economia.unam.mx/cladhe/registro/ponencias/135_abstract.pdf

2.- Loeza, Guadalupe. El baile de los 41. Suplemento del Ángel en Reforma. Enero 2010. Solo se puede ver por suscripción, pero lo puedes leer completo en el siguente sitio:
http://www.anodis.com/nota/15369.asp

3.- Hernández Cabrera, Miguel. Isla Ternura, México, 2002, aparece en Wikipedia.
Baile de los cuarenta y uno

4.- Contreras, José A. El verdadero Zapata. Página electrónica.
http://www.joseacontreras.net/mexico/historia/el_verdadero_zapata.htm

5.- Novo, Salvador. La estatua de sal. FCE, México. 2008

Enlaces:

Para ver la reseña del libro del Baile de los 41, entra aquí:

http://www.cultura.unam.mx/index.html?tp=articulo&id=1880&ac=mostrar&Itemid=193&ct=301

Para ver algunas fotos de la Hacienda de Peralta, entra aquí:

http://cabezasdeaguila.blogspot.com/2010/07/hacienda-de-santa-juana-municipio-de.html

3 comentarios:

  1. I ncreible, 109 años y nos seguimos escandalizando, en menor medida por su puesto, de la conducta homosexual, como cuantos años faltaran para que veamos como lo mas normal a las personas que se sienten atraidas por su mismo sexo tanto comoa a aquellas que les gustan las personas subidad de peso, o los mayores que ellos, o los morenos o los blancos, es una cuestion de preferencias, que nos faltara para aceptarlo?

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  2. Estimado Anónimo:

    Eso es precisamente lo que persigo al publicar este artículo. Darnos cuenta de que la vida no nos depara muchas sopresas de eso que pensamos que ahora, en "la vida moderna" sucede... solo que en cada época la vida es moderna, y como que se nos olvida... por cierto. Si tienes la oportunidad de localizar la columna de Guadalupe Loaeza de hoy 21/11/10 te la recomiendo, se llama: "De armas tomar". El Reforma publica en internet solo por subscripción razón por la cual no pongo el enlace, pero si la encuentro en algun sitio abierto la incluiré en este artículo.

    Saludos

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  3. ¿Saben dónde puedo conseguir la película o el poder rentarla? Es un buen artículo y me gustaría saber más. Saludos
    mi correo: fabriciobarrera@live.com

    Fabricio

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