domingo, 11 de marzo de 2012

Hacienda de San Nicolás, municipio de Apaseo el Alto, Guanajuato.

Seguimos en Apaseo el Alto, estado de Guanajuato. Caminamos tan solo 4 kilómetros en dirección sur desde los baños de San Bartolo, subimos una ligera loma que forman los cerros de Santiago, Peña Blanca y Buenavista; la intención era llegar a una zona arqueológica casi desconocida que en la región le llaman El Cerrito y que el geógrafo salmantino Pedro González, del que, por cierto, estamos recordando en este 2012 el Centenario de su fallecimiento, la denominó con el nombre otomí de Tzché, que quiere decir agua fría. Hacia allá nos dirigíamos y apareció en dirección norte un torreón que indicaba la existencia de una magnifica construcción... hacia allá me dirigí y llegué a las trojes, estupendas, de la Hacienda de San Nicolás.

En esta toma te darás cuenta de la dimensión del conjunto. La parte más grande, que se ve más o menos al centro de la fotografía son las trojes, divididas en tres secciones y de una profundidad que no me atrevería a poner una medida, pero de que eran grandes, lo eran. Hacia el lado izquierda se alcanza a ver el torreón, que en su parte posterior tenía unas habitaciones... quizá fueron las oficinas de la hacienda o la casa de la hacienda, eso no lo sé y ha sido un poco difícil encontrar datos que nos digan más del pasado de este sitio.

Por el tamaño de los contrafuertes que se alcanzan a notar, nos podremos dar una idea de lo sólido que era esta construcción. Se ve la puerta de la troje central. El muro que está derruido era el acceso a la tercera, sigue luego una cuarta sección que, tal vez fue la casa o la oficina. Finalmente el torreón, que está situado en un punto estratégico pues desde allí se domina todo el valle en rededor de San Bartolo y su afamadas aguas minerales hirvientes...

Aquí vemos más claramente la solidez del edificio, te podría decir que, luego de haber visto una buena cantidad de haciendas abandonadas esta, la de San Nicolás, tiene una belleza y armonía en su diseño, de proporciones gigantescas, especialmente si la vemos a lo largo.

Encontramos algo que es habitual de ver en toda hacienda abandonada: boquetes en las paredes, pues sigue la creencia de que en toda hacienda hubo "entierros" y que siguen allí, a espera del afortunado descubridor de una incalculable fortuna en plata y oro... cosa que sí, efectivamente, fue cierta, solo que eso sucedió hace ya tiempo y antes de nosotros hubo otros buscadores de tesoros que se dedicaron intensamente a la localización de las míticas fortunas, que son tan míticas que forman parte ya de las leyendas de todas y cada una de las haciendas de México.

Para que no haya dudas ni confusiones lo aclaro de una vez. En el estado de Guanajuato hay una famosa hacienda de San Nicolás, se ubica en el municipio de Salvatierra. Esa lleva por "apellido" el de "los Agustinos" debido a que fue allí una fundación originalmente hecha por los miembros de esa orden que, luego de fundar el convento de Yuriria obtuvieron tierras para un segundo convento, el cual llevó el nombre San Nicolás de los Agustinos.

En donde ahora nos encontramos es en la hacienda de San Nicolás que fue propiedad de Nicolás Sánchez de Tagle, de allí la razón por la cual se le puso el nombre de su santo a su propiedad. Este apellido lleva una buena carga de alcurnia en la región, tanto en el actual estado de Guanajuato como en el de Michoacán, en donde la familia contó con una buena cantidad de propiedades.

Aquí estamos hasta el fondo de lo que fue, en su momento, algo así como la primera sección de la hacienda pues, hacia la parte de atrás continúan muros, paredes, algunas caídas otras aun en pie y a esa parte ya no entré debido a que había tal cantidad de garambullos que bloqueaban completamente el paso. Creo que con esta toma comprobarás la razón de mi sorpresa cuando conocí la Hacienda de San Nicolás.

Aquí vemos un enorme garambullo, tan solo uno, pues en la parte de atrás había algo que bien podemos denominar como un "bosque de garambullos"

Algo que es de marcar con claridad es el material usado para la construcción de esta mole. Sí tu que lees esto tienes habilidad para calcular las dimensiones de un edificio, lo podrás hacer aquí: son siete secciones de fondo, de frente cada una de las trojes tendría algo así como dos secciones, todo esto multiplicado por cuatro. ¡De ese tamaño es esta hermosura de construcción!

Pero, bien sabemos que siempre aparece un pero. En esta ocasión es el pero de la barbarie, de la inconsciencia, o del desconocimiento. Entiendo que en aquellas épocas, cuando la Hacienda de San Nicolás fue construida, lo que menos importaba era el deshacer un edificio para construir otro. Eso sucedió aquí y lo que se deshizo fue, ni más ni menos, que una pirámide, tal vez más, cuya antiguedad se desconoce pero de que llevaba allí al menos cinco siglos antes de que se construyera la primera parte de San Nicolás, ya estaba. Era la zona arqueológica conocida como Tzché.

Quizá en esta hacienda no se construyó la tradicional capilla que regularmente encontramos en todos los cascos de antiguas haciendas, debido a la proximidad del templo original de San Bartolomé, el que era parte del convento de los Hipólitos; al no poder conseguir más información me quedo con la duda, si esto fue, efectivamente la Hacienda de San Nicolás o solo las Trojes de la Hacienda de San Nicolás.

Ya para terminar solo te comento que si lo tuyo es andar por ahí, llenándote los ojos con estas magníficas construcciones que duermen el sueño de los olvidados, por el rumbo de Apaseo el Alto tienes varias opciones: Hacienda del Sabino, Hacienda de San Antonio Calichal, Hacienda del Espejo y Hacienda de Mandujano.










1 comentario:

  1. Bueno primeramente agradesco el arduo trabajo de investigación q dedicas a cada lugar me encanta ca cosa ya tenia un tiempo sin ingresar al blogg y es genial deleitarse la vista y la mente gracias

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