viernes, 27 de abril de 2012

El Pabellón Cultural de la Repúbica: Los excesos y absurdos del Bicentenario. Los Cabos, Baja California Sur.

   Diariamente al menos un centenar de veces es retratado este gigantesco marlin que se localiza en la esquina poniente de la Marina Turística de Cabo San Lucas, a todos los turistas que por allí transitan, sea porque llegaron en una escala de algunas horas en uno de los varios Cruceros que aquí se detienen a lo largo del año o, porque estando hospedados en alguno de los hoteles llegan a la Marina para abordar allí uno de los tantos paseos en bote que se promocionan y que llevan al paseante a conocer el emblemático Arco de San Lucas. Ninguno de esos turistas tiene la idea de que la mole que a espaldas del marlin se levanta es una obra de esas llamadas "elefantes blancos" que desde su concepción se veía ya apuntar directamente a quedarse en un sueño faraónico que por capricho del entonces Gobernador del Estado de Baja California Sur se construyó.

El 3 de diciembre de 2007 se abría una convocatoria a 12 arquitectos mexicanos para participar en el concurso del ambicioso proyecto que, tan solo al leer las razones y finalidades de su construcción apuntaba a ser un proyecto único, majestuoso, excepcional y necesario; solo que, a todas luces resaltaba que las dimensiones de la idea no cabían plenamente en el terreno asignado, era como quererle poner un zapato del 6 a quién habitualmente calza del 8 y medio. En la foto vemos una mole amorfa o poliédrica que fue el resultado de unas acariciantes palabras transmitidas en la convocatoria, la cual iniciaba así:

"Actualmente Los Cabos, Baja California Sur, es uno de los destinos turísticos más importantes del país y de los más reconocidos a nivel internacional. La región se ha caracterizado por un crecimiento poblacional explosivo durante los últimos años. Este fenómeno, como es natural, ha traído aparejados problemas tanto de índole económica y social como cultural; inmigración, falta de cohesión social, transculturación, escaso sentido de pertenencia e identidad con la región, entre otros". Con ésto se abría el largo documento de más de cien páginas en las que, su introducción es una auténtica oda a la necesidad y promoción de la cultura. Y continúa:

"En este contexto se propone la construcción de una obra monumental denominada ¨Pabellón Cultural de la República. Desde Los Cabos... México, para el mundo¨, como un espacio cultural destinado a organizar  una amplia red de bienes y servicios culturales de beneficio para la entidad, para la región y para el país. El Pabellón Cultural de la República constituirá un modelo de interacción de los valores de la cultura en beneficio de las formas de convivencia y el desarrollo de la sociedad sudcaliforniana. Será un espacio generador de bienes y servicios culturales que fortalecerán de forma permanente el poder de atracción de Los Cabos, al tiempo que estimularán la conciencia orientada al aprecio y preservación del entorno natural".

Al leer esto estamos llegando al paroxismo de una propuesta fabulosa. Unir la cultura, las bellas artes, la lectura, con el respeto al medio ambiente. Dudo que exista en nuestro país una mejor idea, una más ambiciosa y una que se cimente en estructuras de aire, en burbujas rosadas (con tintes amarillos) y que, por desgracia, no pasó de allí. De una idea mal fundamentada, mal realizada, mal ubicada y solo en busca de la obra faraónica que recuerde el paso de un gobernante que dudo tenga algún interés por la cultura. El documento, apenas en su nota introductoria, remata así:

"El Pabellón Cultural de la República será un centro de desarrollo cultural de importancia internacional a través de una interacción permanente y creativa entre la promoción y formación artística en sus diferentes disciplinas y la información y difusión de aspectos relevantes de la Biodiversidad de Baja California Sur. Arte y biodiversidad habrán de interactuar en un modelo articulado". ¿Habrá conceptos más ambiciosos que estos? Aclaro, ambición de la buena, en pro de la cultura, pero... Es inevitable el pero.

Nadie da brinco sin huarache, esto que se planteó como la obra máxima del sexenio de Narciso Agúndez, gobernador abanderado por el PRD y su filial PT, cuando fue electo en 2005, sería la culminación de un sexenio, dijo él, "de beneficios para todos". Cuando se hizo la convocatoria, que no fue abierta, sino por invitación se ofrecíeron a los 12 convocados 150 mil pesos para su presentación, estos fondos, supongo salieron del primer aporte que hizo Conaculta de un millón y medio de pesos. Ya para el Presupuesto de Egresos de la Federación, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 13 de diciembre de 2007 se etiquetaban 3 millones de pesos para el inicio de la monumental y faraónica obra. (Está publicado en Internet y aparece en la página número 96).

En el sustento que da la convocatoria del concurso para el proyecto del Pabellón  tiene conceptos verdaderamente hermosos para quien no sepa que todo esto es una mera conquista, un "ligue de viernes por la noche" que con palabras elocuentes y bien tejidas enamora a su amada o, en este caso, víctima; y dice: "El Estado de Baja California Sur, a causa de su situación geográfica y derivado del centralismo excesivo de nuestro país ha tenido pocas oportunidades para contar con los apoyos oficiales  necesarios y las condiciones mínimas para crear una infraestructura cultural de largo plazo en las poblaciones turísticas de la Entidad".

"Los Municipios con una marcada vocación hacia los servicios turísticos presentan severos problemas, entre ellos escasez de servicios culturales para la población en general, fenómenos de desarraigo de un alto porcentaje de población migrante, insuficiencia de nexos entre la actividad turística y las distintas opciones que ofrecen el amplio espectro cultural de nuestro país y del mundo". Aquí es necesario resaltar que en San José del Cabo se construyó, contiguo a la Casa de la Cultura un inmueble que tiene en su fachada el nombre de Museo Marino, pero que en la placa de inauguración dice Museo Paleontológico en el cual no se exhibe nada pues está vacío. En Cabo San Lucas hay un museo de historia al cual nunca he entrado, solo se que hay un esqueleto de una ballena cercano a la puerta de acceso.
En La Paz, capital del Estado y Municipio de vocación turística se localiza el Museo Regional, además del Instituto Sudcaliforniano de la Cultura con su teatro, galería y biblioteca. En Loreto, otro de los Municipios de vocación turística, cuenta con un pequeño, pero estupendo Museo, el de Las Californias. Como quiera, el documento asevera que no hay espacios de cultura suficientes en el Estado. Lo que vemos en la fotografía es uno de los espacios inutilizados del Pabellón Cultural, aunque todos están en realidad sin uso. El documento se vuelve elocuente y arremete con todo, seguramente quién lo escribió se inspiró en alguno de los interminables discursos de Luis Echeverría Álvarez:

"En el arduo e inacabable proceso de construir una Nación, la cultura ha tenido para los mexicanos significados de mayor relevancia. A ella debemos los valores sobre los que hemos construido nuestra identidad y también aquellos que han inspirado nuestros esfuerzos de superación". (Este párrafo es digno de volverse a leer con la debida elocuencia e incluso aprenderlo de memoria y en alguna reunión bohemia recitarlo con la debida entonación. ¿O estoy exagerando mucho?)

Y arremete de la siguiente manera como estocada final al manantial de elocuencia patriótica: "Sólo la cultura puede colocarnos al nivel de lo que la naturaleza ha puesto en nuestras manos en esta que es una de las más singulares regiones del planeta. El desarrollo de la cultura, además de prestar atención a fines humanos y sociales insoslayables, representa la creación de nuevas oportunidades que inciden en la oferta de empleo y crecimiento económico en general". Imagina ese teatro al aire libre lleno a su máxima capacidad aplaudiendo enardecidos luego de haber leído este último párrafo, solo que...

Ese teatro al aire libre está prácticamente en el abandono... El Elefante Blanco fue parido y abandonado, a su madre, o en este caso a quién firmo todas las autorizaciones, no le importó su futuro.

El proyecto, insisto, era en realidad bueno, demasiado ambicioso, pero bueno. No era, definitivamente el lugar adecuado el que se eligió para establecerlo ya que, si algo se iba a desarrollar en ese espacio era la armonía del medio ambiente con el hombre, la Biodiversidad. Y se ubicó la descomunal obra, metido casi a la fuerza en un ángulo de la ya de por sí saturada marina turística y rompiendo totalmente con la armonía del lugar.

Se construyeron los espacios para un teatro cerrado con aforo de 700 personas, allí se pensaban realizar obras teatrales, óperas, danzas y conciertos, ya que "será la sede de la Orquesta Sinfónica". Se pensaba hacer una sala de teatro anexa para la modalidad experimental, es decir, en un lugar en donde no hay tradición teatral, se piensa además en la Experimental. Este espacio que se planteó como "multifuncional y de vanguardia" incluye dos cines pues será la sede del Festival Internacional de Cine sobre el Patrimonio Natural. Lo estás leyendo bien. Contará con una estación de radio que incluso ya tiene nombre, "El Pabellón", no se si ya tenga la frecuencia autorizada. Pero lo más sublime del proyecto es el Museo de la Biodiversidad.

Aquí sí que estaríamos ante algo que, si llegara a suceder, cosa que dudo se haga de aquí al 2030, cambiaría radicalmente la historia del lugar pues el museo contendría lo siguiente: Una primera sala llamada Historia del Tiempo Peninsular; la segunda sería Las Grandes Fuerzas del Aire y del Agua; la tercera,  El Mar que nos Rodea; la cuarta El Mosaico Peninsular; una quinta, Tierra de Oasis y la sexta y última los Futuros Peninsulares. Sabemos bien que somos grandes productores de ideas, pero para llevarlas a cabo es cuando entramos en problemas, así que ese interesante museo quedó... en el papel.

Y llegamos al punto que a todos nos aniquila, el punto de los dineros. El proyecto se planteó de 450 millones de pesos, pero en realidad el costo de todo lo que se quería incluir ascendía a los 1,500 millones de pesos. Conaculta entregó 38 millones de pesos dentro de los gastos que para el 2010 tenía prespuestados, por cierto gastos exorbitantes: $676´013,000.00 pesos para ser repartidos entre 268 proyectos, de los cuales el Pabellón de la República fue el que obtuvo la suma más elevada, esa que acabamos de ver. El Pabellón se inauguró en una ceremonia que fue para la "élite", entiendase amigos del gobernador y, fuera de eventos que de cultural nada tiene y que se pueden contar con los dedos de las manos no ha habido más. El Pabellón Cultural de la República desde que se proyectó ya venía muerto el elefantito.

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo que no era el lugar adecuado, habiendo en csl tanto espacio libre todavia.
    Y el nombre que le dieron?
    Solo debe llamarse Pabellon etc, pero no agregarle ese nombre del tal sr. nabor, que no tuvo nada que ver ni con la cultura y con la identidad de bcs. solo porque se mato en un accidente aereo cuando era funcionario de narcizo, hagame uste el favor.

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