martes, 19 de marzo de 2013

El colorido panteón del pueblo de Cupilco, Tabasco.

   Es durante las celebraciones del Día de Muertos que los panteones mexicanos se llenan de color, dominando el anaranjado del cemplazúchil y el morado de la flor de muertos, se salpica de otras tonalidades que incluyen prácticamente toda la gama de la paleta del pintor. El colorido continuará por una semana para caer los muertos en el olvido y los panteones convertirse en enormes tiraderos de basura orgánica producto de las miles de flores que fueron depositadas durante la festividad. Ahora que visité Comalcalco, en el estado de Tabasco, fui al pueblo de Cupilco, distante unos veinte minutos y localizado dentro de la selva baja, la sorpresa fue grande al ver su templo polícromo, la sorpresa fue mayor aun al ver su panteón en donde lo que predomina es el color que sobresale del abundante verde de la vegetación. Al caminar por las calles del pueblo vemos que el uso del color es la idea dominante en la comunidad pues las casas, vistas individualmente tienen su propia personalidad que cada tono le va dando y, en conjunto, vemos que la policromía no se limita al templo de Nuestra Señora de la Asunción, sino en todo el pueblo, incluido su panteón el cual no espera para el día de Muertos para engalanarse, lo hace todo el año.


























No hay comentarios:

Publicar un comentario