martes, 1 de octubre de 2013

El convento franciscano de San Miguel Arcángel en Maní, Yucatán.

  Te comentaba ayer sobre la impresionante capilla abierta que hay en Maní, Yucatán; también te decía de la necesidad que hubo, dada las numerosas poblaciones indígenas, de crear espacios grandes y abiertos para poderlos albergar y, primero bautizar para luego evangelizar. De la explotación que los franciscanos hacían con este pueblo mejor no hablamos pues el objetivo de este espacio no es analizar la cosa antropológica, menos aun la religiosa, sino que, buscamos la belleza arquitectónica y aquí, en el semi abandono del ex convento franciscano de San Miguel Arcángel en Maní, Yucatán, la encontramos.

  La vegetación, las características del suelo, la poca elevación y, sobre todo, la humedad nos hacen ver más acentuado aun el paso de los años. Esta monumental obra fue objeto de una restauración que, me dicen, no contó con los recursos suficientes y se terminó el interior, la portada principal y algunas partes, muy pocas, del interior. Al caminar por el desolado lugar nos vamos llenando de esa extraña emoción que provocan estos edificios de corte casi medieval que van siendo "comidos" por el clima imperante de la península yucateca.

  Tengo entendido que esta mole entró en el programa "Adopte una Obra de Arte" y que hace poco concluyó esa primera etapa. Pero, siendo los rigores del clima intensos, nuevamente vemos aparecer esos manchones negros, enmohecidos que la humedad va causando. Hay partes tan ennegrecidas que, de pronto, dan apariencia de estar tiznados, pero no es eso, sino la humedad. Es evidente que esas áreas no ha sido rescatadas aun. Pensaba que en Yucatán encontraría unos pocos templos coloniales. Me equivoqué, son muchos y todos tienen su propia y particular belleza.

  "La diócesis de Yucatán, por el privilegio de su erección es una de las Iglesias más antiguas del Nuevo Mundo. Pertenece al número de las siete primitivas de América, establecidas a petición de los Reyes Católicos por la Sede Apostólica, en la primera veintena del siglo XVI, antes que se erigieran las de México y otras provincias de Nueva España, Chile y Perú. Dignas son sin duda de mencionarse aquellas siete Iglesias primogénitas de nuestra fe en India Occidental, erigidas de 1511 a 1519, habiéndose ecahdo sus fundamentos el papa de feliz memoria Señor Julio II.

  "Son éstas: 1ª. La de Santo Domingo, reconocida por esto como la Primada de las Indias. 2ª. La Concepción. 3ª. La de San Juan de Puerto Rico y el Orinoco. 4ª. La de Santiago de Cuba. 5ª la Abadía de Jamaica, hoy vicariato apostólico. 6ª la Diócesis del Darién, trasladada después a Panamá, y 7ª. la de Yucatán, erigida por Bula de Su Santidad el Sr. León X de 24 de enero de 1518, y teniendo ella por esto la primacía histórica entre todas las de la Nueva España, hoy Estados Unidos Mexicanos. (1)

 "Los conventos franciscanos pertenecientes a la primera etapa de la evangelización de 1544 a 1567 se caracterizaron por la masividad de la construcción, ya que por el empleo de bóvedas en naves, crujías y otros espacios conventuales daba por resultado muros gruesos para absorber los empujes producidos por estas cubiertas. La tendencia constructiva de los frailes de las primeras generaciones llegadas a Yucatán vino aparejada con la reminiscencia de las pesadas estructuras de los grandes conjuntos conventuales hispanos. Posteriormente, a partir de 1576, inicia la etapa de construcción de conventos, cuya masividad constructiva ya no es su característica principal, sino que existe una clara tendencia en el empleo de techumbres más ligeras y muros esbeltos por cuestiones de economía y rapidez de ejecución, y que permitieron a los franciscanos consolidar sus conjuntos conventuales ante el proceso de secularización de sus doctrinas". (2)



























Fuentes:

1.- Carrillo y Ancona, Crescencio. El Obispado de Yucatán. Imprenta y Litografía de Ricardo B. Caballero. Mérida, 1892. p 7

2.- Román Kalisch, Manuel Arturo. La edificación de conventos franciscanos en el siglo XVI en Yucatán
Palapa, vol. IV, núm. II, julio-diciembre, 2009, Universidad de Colima. México. p.5 Versión electrónica en Redalyc.

1 comentario: