jueves, 19 de junio de 2014

En busca del antiguo Gran Cairo, en el noroeste de la Península de Yucatán.

    Seguramente, al leer los libros más emblemáticos que relatan el avistamiento, por primera vez, de ojos europeos de la tierra de los mayas, te brincó un nombre evocador y misterioso: El Gran Cairo. "Al parecer, los primeros españoles que tocaron la costa de Yucatán accidentalmente fueron Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero que junto con otros compañeros naufragaron en 1511 cerca de la isla de Jamaica. (Landa, 1992:12). Al llegar a las costas de Yucatán en el Caribe, fueron prisioneros del cacique de un pueblo, posteriormente Aguilar y Guerrero escaparon llegando a otro lugar donde el primero fue prisionero hasta el día que se integró a la expedición de Hernán Cortés en 1519; y el segundo se casó con una nativa, tuvo hijos y fue jefe de guerra de un pueblo maya hasta hoy desconocido. Hasta donde se sabe, en la época de las primeras expediciones a Yucatán, los pueblos de Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero se hallaban cerca de Isla Mujeres (Díaz del Castillo, 1999:46-48), en la región que ahora conocemos con el nombre de Ecab. (1, Credito de la fotografía de las ruinas del templo del Gran Cairo o Ekab)

   "Hacia 1517, en cuaresma, partió de Cuba Francisco Hernández de Córdoba con tres navíos, llegando por vez primera a las costas de Yucatán, topando con Isla Mujeres (Landa, op.cit.:13), donde los españoles se maravillaron al ver gente bien vestida con "camisetas y mantas de algodón, blancas y de colores, plumajes, cercillos, bronchas y joyas de oro y plata, y las mujeres cubiertas pecho y cabeza." (Gómara, 1922:114-115). Al ir hacia la costa al norte de la isla, al llegar a Cabo Catoche, observaron desde los navíos un pueblo que quedaba como a dos leguas de la costa y le nombraron Gran Cairo porque antes no habían visto pueblo tan grande y poblado en estas nuevas tierras. Varias canoas se acercaron e invitaron a los españoles a que fuesen a su pueblo al día siguiente; así sucedió, los españoles acompañaron a los nativos y cerca de unos montes breñosos empezaron a ser atacados iniciándose una gran pelea de la que los visitantes al final salieron victoriosos, para que posteriormente avanzaran un poco mas tierra adentro donde se encontraba "una plaza con tres casas de cal y canto llamados cúes y que son adoratorios donde se tienen muchos ídolos" (Días del Castillo, op.cit:5-6). Este ataque a la expedición española parece haberse sido planeado por el náufrago Gonzalo Guerrero, que había llegado a Yucatán por accidente ocho años antes (Ibid.:47). Durante la navegación alrededor de la costa, se notaban torres de piedra no muy altas; estos edificios estaban asentados sobre gradas y las torres estaban cubiertas de paja, y en algunas de ellas a lo alto habían árboles pequeños de frutas como son lo guayabos (Oviedo, 1851, I: 497). Posteriormente rodearon la península hasta llegar a Campeche, donde después de una derrota contra los nativos, regresan a Cuba (Landa, op.cit.: 14). Fue durante este viaje en que se le da el nombre de Yucatán a la península (Antochiw, 1994:89-90). (2)

    Es así como ubicamos el primer dato, el de la población más grande que topaban los españoles cuando llegaban, y no por primera, sino por segunda ocasión ya con la idea de conquistar este parte que presumían ser una isla, la Isla de Yucatán, que resultó ser tierra firme. Y encontramos el segundo dato: Ekab, una de las provincias del Imperio Maya. 

El Cacicazgo de Ekabo.

   "Llamábase así su capital, del mismo nombre que estaba en un lugar alto, junto a la mar, tenía tierra negra. Lindaba, al Norte, con el océano Atlántico; al Este con el canal de Yucatán e isla de Cozumel y mar Caribe; al Sur, con el cacicazgo de Chauac-ha, de los Tazeles y de los Cupules. La tierra en parte era negram y en parte arenisca: en muchos puntos, insalubre. Había muchos bosques, y los caminos eran muy malos y de mucha piedra. Los habitantes escaseaban de maíz ordinariamente y abundaban, en pescado, porque, siendo el cacicazgo marítimo, se dedicaban más a la pesquería que no a labrar tierras; aunque hacían algunas sementeras cerca del puerto de Conil. Sus montes abundaban en muchos géneros de animales mansos y bravos.

   La segunda población después de Ekab, era Zamal, que en lengua maya quiere decir mañana, y que estaba situada dos leguas al Oriente de Conil. Las olas del mar batían constantemente las albarradas de los edificios de este pueblo, que debía ser de origen antiquísimo, porque en él se encontraban unos adoratorios muy altos y el principal, a manera de fortaleza, con sus esquinas de piedra muy bien labradas. Los navegantes españoles, cuando al venir de Honduras pasaban frente a este pueblo, distinguían desde lejos estos cerros o adoratorios, y los bautizaron con el nombre la mesa de Zamal. El puerto era pequeño, y no podían fondear en él naves muy grandes, a causa del poco fondo que tenía: sin embargo, era limpio y abrigado, y fue este el motivo por el cual los españoles le escogieron como puerto de carga y descarga, durante algún tiempo, para surtir de provisiones a Valladolid, hasta que, a causa de la aspereza de los caminos, se trasladó el puerto a Río Lagartos.

   Correspondía a este cacicazgo, una isla pequeña llamada Isla Mujeres: en ella se proveían de sal en dos salinas naturales que existían. Correspondían también a éste cacicazgo, la bahía de la Ascensión, muy capaz para contener muchos navíos, y limpia de fondo. Cerca en esta bahía comenzaban unos bajos e islas que los españoles denominaron de San Martín, todas despobladas, y en las cuales se perdieron muchos navíos en los primeros tiempos, por no conocerse esta costa. Las demás poblaciones del cacicazgo eran: Pachihohom, junto al cabo Catoche, Pamul, Xel ha, Tulúm, Cehac, Polé y Mochí. Estaba gobernado el cacicazgo por un cacique llamado Ekbox. La costa abundaba en árboles silvestres de brasilete y guayacán. Los indios de Ekab eran belicosos: peleaban pintada la cara, y con unas mantas de algodón arrolladas al cuerpo,y un arco y flechas en las manos". (3)

   Son varias las cosas que me atrapan con esta historia, la de Ekab que al principio fue nombrada como Gran Cairo. La primera es haber leído sobre esta referencia hace muchos años, al menos treinta, y no haberle puesto la debida atención. La otra, (lo he comentado varias veces), pensar que todo lo que hay en el Estado de Quintana Roo son cosas nuevas y no darnos cuenta cabal de la antigüedad que los pueblos que habitaron esta parte de México, fuera de los sitos de Tulúm, Cobá, El Meco y, a consecuencia del desarrollo de Cancún, agregar a San Miguelito, El Rey, Ya mi luum,  y, más recientemente, el de Tacul. De pronto aparece en la geografía arqueológica de México un sito: Ekab, pero no referenciado como aquella ciudad maya que sorprendió por la cantidad de edificios y sus alturas a los primeros europeos que la vieron, sino como el sitio en donde se levantaría -dicen- el primer recinto de la Iglesia Católica en tierra firme del nuevo continente de la América, el Nuevo Mundo, el cual, al paso del tiempo conservaría solo la sutil referencia de lo allí ocurrido al mantener el nombre de Boca Iglesia, con el cual se conoce la zona en la actualidad.

   Conil la hemos visto anotada en muchos mapas del siglo XVII y algunos del XVII, Conil en la actualidad es Chiquilá, sitio en donde está el embarcadero para la isla de Holbox, isla en la actualidad en disputa, según lo vemos en la noticia publicada recientemente en el diario local de Quintana Roo. Holbox en la antigüedad se llamaba Yahalon. En el mapa que sigue, vemos un punto marcado como "Yglesia arruinada" haciendo referencia al pueblo de Ekab, sitio en donde se asentó el templo de San Clemente.

Relacion del pueblo de Ecabo con sus anexos.

  "En la villa de Valladolid de las probincias de yucatan yndias del mar oceano en primero del mes de mayo de mill e quinientos e setenta e nueve años yo juan de cardenas hijo legitimo de juan de cardenas uno de los primeros evaquianos conquistadores que entraron por soldados en la conquista e pacificacion destas probincias e las ayudo a conquistar e poblar la ciudad de merida e villa de valladolid canpeche y en rreconpensa de los servicios que a su magestado en estas dichas probincias hizo le dieron y encomendaron la cabeçera de tecon con todos sus sujetos y el pueblo de ecabo los quales poseyo el dicho mi padre hasta que fallescio e paso desta presente vida, e como su universal heredero o hijo legitimo primogenito sucedi en las dichas encomiendas las cuales poseo en nombre de su magesta quyeta e pacificamente, rrespondiendo a los capitulos que me fue dado por el ylustre señor don diego sarmiento alcalde mayor por su magestad en esta dicha villa, sobre la discrepcion e rrespuesta alo toca a los pueblos de mi encomienda digo en la manera siguiente:

   1.- el pueblo de ecab esta poblado quarenta leguas desta villa hazia levante en la mar que los mareantes llaman este paraje el cabo, (ocho leguas de conil donde surgen algunos barcos que van a honduras y vienen a los puertos desta villa.) esta el asiento del dicho pueblo en un lugar alto de la mar en tierra rasa que se evisa el dicho pueblo quatro leguas de la mar es la tierra negra donde estan poblados aunque en algunas partes arenysca y es tierra en forma.

   2.- el altura deste pueblo esta en veynte grados y quatro leguas del hazia la vanda del norte toman fondo de veynte e cinco braças y de la vanda del este no hallan fondo, esta desde pueblo una ysla que llaman la ysla de mugeres ocho leguas del hazia le sueste y es una ysla pequeña que tiene tres leguas de contorno en ella no ay poblacion aunque antiguamente paresce estaba poblada la dicha ysla porque en ella ay algunos edificios antiguos en esta ysla de mugeres ay dos salinas las queales se an perdido por causa de no beneficiarse y en toda esta tierra desde el dicho pueblo de ecabo hasta el cabo de catoche e ysla mugeres es la derrota de los nabios que van y bienen de honduras; y en esta tierra hay muchos generos de animales mansos y bravos vienen a hazer sus mill perias e sementeras los yndios al puerto de conil ocho leguas deste cabo aunque en el dicho cabo se coje mayz no tan abundante como se coje en el dicho puerto de conil.

   3.- en este dicho pueblo de ecabo tienen los yndios del una yglesia labrada de cal y canto con su sacristia e coro, debisase en la mar muy lexos aquella iglesia por estar a la orilla de la mar en un alto y en el dicho pueblo tienen los yndios ornamentos, de caliz e patena de plata, frontales y rretablos con que se celebra el culto divino dotrinan a estos yndios los frayles de san francisco questa poblado un monasterio dellos en chancenote donde acuden a mysa y de quando en quando acude un frayle a dezilles mysa e sermon e bautizar en dicho pueblo o casarlos.

   -esta rrelacion e dado Remytiendome a los capitulos que el ylustre ayuntamiento desta villa a hecho sobre la descrexcion destas probincias y lo firme de my nombre =Juan de cardenas= hay rubrica. (4)

   Vemos una foto satelital de la parte noreste de la Península de Yucatán, arriba, con esa larga playa bañada no por el Caribe, sino por el Atlántico o Golfo de México, apare la isla de Holbox, el pueblo actual, está en la parte izquierda. Vemos abajo un punto rojo, es allí donde se ubica Chiquilá, la antigua Conil. El texto que acabamos de leer, el cual los transcribí con su ortografía y sintaxis original, nos dice del español aun arcaico, algunas palabras ya no existen, y su ortografía nos salta a los ojos, pero hay que considerar que en ese tiemplo las reglas que establecían el modo correcto de escribir la lengua apenas se estaban creando. El documento es sumamente interesante, forma parte de una serie de relaciones realizadas por los encomenderos entre quienes entregaron la parte este de la Provincia de Yucatán, específicamente las que dependían de Valladolid y el documento completo se conoce como "Las Relaciones de Valladolid de Yucatán". Allí se hace mención del templo de San Clemente, pero me surge la duda si efectivamente era convento, todo indica que no lo fue, sino que había una casa para los franciscanos, puesto que era una visita que dependía de Chancenote en donde, aparentemente, había un monasterio, según lo dice el documento.

   En esta toma satelital ubicamos mejor cuales eran las poblaciones principales comprendidas en la parte norte de la provincia de Ekab, la cual, al igual que muchos los Estados de la República Mexicana en la actualidad, llevan el mismo nombre para el propio estado y su capital, excepción hecha con Veracruz. Pero las cosas no terminan allí con esta enigmática población de El Gran Cairo o Ekab, pues, ante el desconocimiento de la geografía del Nuevo Mundo y esa vehemencia en torno a la cual giraba todo entre los Conquistadores, en la que, por un lado pensaban en riquezas, y por el otro en la Religión Católica, una de las primeras cosas que se dieron, digamos que el primer documento que se emite relacionado a lo que luego se conocería como México, es la bula en la cual se crea la nueva diócesis, la Carolensis, con ubicación indefinida, en la cual se marca que, sea isla, que tierra firme, o sea lo que sea, esa zona será nombrada Diócesis Carolensis.

   Con la ayuda de Street Finder en el sistema Google Maps, podemos apreciar el estado en que se encuentra actualmente el monasterio mencionado en la Relación, de Chancenote. 

Obispado Carolense.-

   "En 1517, tan pronto se supo en Cuba de la existencia de Yucatán -que se creía era una isla-, el gobernador don Diego Velázquez envió a Pánfilo de Narváez y a Gonzalo de Guzmán a informar a la Corona del descubrimiento, a fin de obtener del rey la jurisdicción de la tierra recién descubierta. Un año más tarde, tras la expedición de Juan de Grijalva que les permitió encontrar nuevas tierras en el Caribe y en el Golfo, envió Velázquez una nueva embajada para entrevistarse con el rey, en esta ocasión al mando de su capellán el padre Benito Martínez para confirmar y ampliar la noticia del descubrimiento. Así, el rey Carlos V firmó, el 13 de noviembre de 1518, las capitulaciones para la colonización de Yucatán, concediéndola por supuesto al gobernador de Cuba, Diego Velázquez. De inmediato Carlos V, a través del cardenal Lorenzo Pucci, solicitó del Papa León X la erección de un obispado para las nuevas tierras descubiertas; el 10 de enero de 1519 fue fijada la audiencia en un consistorio secreto. El 24 de enero del mismo año se reiteró ante el pontífice y el Colegio de Cardenales la solicitud de la erección del obispado, para reforzar la petición se informó además la construcción de una iglesia parroquial bajo la advocación de la virgen de los Remedios -iglesia  que en realidad nunca existió- y que los habitantes de las islas de Yucatán y Cozumel eran seres racionales, fáciles de convertir a la fe. Ese mismo día, lunes 24 de enero de 1519, mediante la bula Sacri Apostolatus Ministerio se erigió el Obispado Carolense en la costa oriental de la Península de Yucatán fijando como sede la iglesia de la virgen de los Remedios que para tal efecto fue elevada a la categoría de catedral. Se le nombró Carolense en honor al rey de España y por extensión, la provincia y la sede adquirieron la misma denominación.

   El primer obispo titular de la diócesis fue Julián Garcés. En 1525, conquistada la ciudad de México y con una idea más clara de lo que era Yucatán y el continente americano, se despachó la bula Devotionis Tuae que facultaba al rey para mover y delimitar el Obispado Carolense, cuya sede fue entonces trasladada a Tlaxcala el 1 de diciembre de 1526. Cuando se fundan Mérida, Valladolid y (Salamanca de) Bacalar, en la década de 1540, se crea el Obispado de Yucatán. Siglos más tarde, después de que la porción oriental de Yucatán que hoy corresponde a Quintana Roo fuera la primera sede de un obispado mexicano, aun tiene la categoría de prelatura. (5)

   De Ekab poco se hablaría después, en Yucatán bajaría la atención de los españoles a no encontrar en la zona oro, sus esfuerzos conquistadores irían hacia el centro del país, dominarían a la ciudad más poderosa, Tenochtitlán y someterían a toda una serie de pueblos que hoy integran lo que conocemos por México. En el entender hispano veían la necesidad de crear provincias en el Nuevo Mundo que les recordaran, al menos en el nombre, las poblaciones más importantes de España en aquel entonces. Se fundarían luego las villas de Salamanca (1527), Mérida (1542), y Valladolid (1543).

   El caso de Salamanca se convierte en un hecho sumamente curioso en la Historia de las fundaciones de asentamientos hispanos en el Nuevo Mundo, dado que se volvió una villa itinerante. Su largo proceso comienza como la primera fundación hispana, antes de la de San Miguel de Cozumel ocurrida el 29 de septiembre de 1527, en la Península de Yucatán. Montejo la funda originalmente en el asentamiento maya de Xelhá, al poco, la mueve un poco al norte, en 1528, a Xamanhá, para 1529 el tercer cambio ocurre, pasando al lado del Golfo, a Xicalango, lugar de características míticas pues fue allí en donde ocurrió, pocos años antes del traslado de la villa de Salamanca, del encuentro de Hernán Cortés con la Malinche. Para 1529 Salamanca se movería por cuarta ocasión a Alcalán, para 1531 a Campeche, llevando el nombre de Salamanca de Campeche, nombre que cambia al poco tiempo por el de San Francisco de Campeche y la villa de Salamanca se muda a Champotón. Para 1547 la villa de Salamanca tendría su séptimo cambio, regresaba al lado del Caribe, en Bacalar, pero, debido a la inseguridad causada por los ataques de piratas ingleses, Bacalar de Salamanca es trasladada, una vez más, a un sitio de nombre Pachá, estos hechos ocurren en una época indeterminada, ya en el siglo XVII, entre 1640 y 1650. Vendría un noveno cambio, ahora a Chunhuhub.

   "Aunado al despoblamiento, en 1642 Bacalar comenzó a sufrir otros embates, esta vez de los ingleses. La piratería, que surge después de la conquista debido a los conflictos entre Inglaterra, Francia y Holanda contra España por la posesión de las colonias en América, marcó la vida de Bacalar, pues su desarrollo se vio frecuentemente limitado debido a estas incursiones  desastrosas para la vida y economía del pueblo. La soledad de las costas orientales en la región que ocupa ahora Belice, así como la abundancia de cayos, caletas y arrecifes, proporcionaron refugio seguro a los piratas, quienes gradualmente se fueron apoderando de ese territorio, alentados por la corona británica. Diego, el mulato, nacido en Cuba y conocido antes de sus incursiones como Dieguillo, irrumpió en Bacalar una noche de noviembre de 1642 al mando de un grupo de 60 piratas. Saqueó la iglesia, casas, comercios, secuestró pobladores y se retiró a la región conocida entonces como Zoite, hoy Belice. Tiempo después, en 1684 y 1652, se registraron nuevamente ataques, esta vez capitaneados por el corsario Abraham. En su segunda incursión, estos piratas además de saquear a la población, incendiar construcciones y secuestrar vecinos, asesinaron al capitán Bartolomé Palomino, comandante de la plaza. Los habitantes se refugiaron tierra adentro, hacia el noroeste, en un pueblo llamado Pach'há, que quiere decir: "detrás de la laguna o del agua", distante ocho leguas en ruta hacia Chunhuhub, muy probablemente en o cerca de los que actualmente es Chacchoben. Según algunos historiadores después de éste último ataque pirata la villa de Salamanca de Bacalar fue abandonada durante más de siete décadas, quedando en su periferia algunos pobladores mayas". (6)

Concluiremos este artículo remarcando la idea de que Quintana Roo, siendo el Estado más joven de México y que cumplirá, junto con Baja California Sur, 40 años de su formación, es, en contraposición, uno de los sitios de mayor antigüedad, especialmente si lo vemos no del lado prehispánico, sino desde que se comenzó a formar la idea de México, una vez conquistada la región por españoles. En el mapa aparecen con puntos rojos, las principales ciudades mayas de la península, y con las marcas amarillas, algunas de las fundaciones españolas.

Fuentes:

1.- California Institute for Telecommunications and Information Technology, artículo en su página electrónica.

2.-  Góngora Salas, Ángel. Proyecto Noreste de Yucatán: Prospección arqueológica en la esquina Noroeste de Yucatán, México. Famsi. Yucatán, 2001. pp.14-15. El documento está digitalizado.

3.- Molina Solis, Juan Francisco. Historia del descubrimiento y conquista de Yucatán. Imprenta y Litografía R. Caballero. Mérida, 1896. pp.184-186

4.- Colección de Documentos Inéditos de Ultramar. Segunda Serie. Publicado por la Real Academia de la Historia. Tomo Núm. 13-II. Relaciones de Yucatán. Relaciones histórico-geográficas de las provincias de Yucatán. Valladolid. Establecimiento Tipográfico "Sucesores de Rivadeneyra". Madrid, 1900. pp.172-175.

5.- Enciclopedia de Quintana Roo. Tomo 6. Gobierno del Estado de Quintana Roo. Chetumal, 1998. pp.223-224.

6.- Ibid. Tomo 1. p.303.


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