lunes, 23 de marzo de 2015

Situación del Camino Real de Tierra Adentro entre 1827 y 1850.

    Seguimos complementando esta que pretende ser la historia del Camino Real de Tierra Adentro, en los últimos artículos nos hemos enfocado a lo ocurrido luego de la guerra de Independencia, tiempo en el que, por evidentes razones, no se hicieron mejoras o avances a la red caminera de México. Tres eran las vías de mayor importancia: la de México a Veracruz, que sin lugar a dudas siempre, desde su creación hasta ya comenzado el siglo XX ocupaba un lugar preponderante en nuestro país. El otro camino de importancia era el de México a Acapulco, el cual casi dejó de utilizarse en 1815, una vez que zarpó el último galón a Filipinas, es decir, la última nao de China.

   El camino de Tierra-dentro fue escenario de muchos pasajes relacionados a la guerra de Independencia, uno de ellos cuando Hidalgo y el contingente de algo así como medio centenar de personas fueron conducidas, luego del prendimento en Acatita de Baján, rumbo a Chihuahua, fue en Mapimí cuando entraron en ese camino hasta llegar a Chihuahua. En el Bajío Iturbide continuamente recorría el tramo entre León-Querétaro y Qurétaro-México custodiando las conductas de plata que iban, y la mercancía que venía hacia o desde la ciudad de México, varios Insurgentes usarían el camino y durante los once años de guerra no se harían mejora alguna al camino, quizá la última gran obra que sobre el Camino Real de Tierra Adentro fue la de 1809, cuando el arquitecto Tresguerras construyó el puente sobre el río Laja cercano a Celaya.

   Luego de la Consumación de la Independencia los problemas políticos y de organizar la nueva nación eran más importantes que la recuperación de los caminos carreteros que habían dejado de tener mantenimiento durante una década, este problema continuaría por varias décadas más, no sería hasta la creación del Ministerio de Fomento cuando se tomaría interés de la reconstrucción de los caminos nacionales. Dicho Ministerio es creado por la Ley del 22 de abril de 1853 (1).

    Sabemos bien que el primer Presidente que hubo en México fue Guadalupe Victoria, comenzó a gobernar el 10 de octubre de 1824, terminó el 31 de marzo de 1829, la Memoria que presenta de su gobierno en 1827 dice que en "virtud del decreto de 9 de octubre del año anterior, se había extendido convocatoria para que se representasen proposiciones para la reapertura o mejora de los caminos de la República, y que se habían dado algunas providencias a este fin" (2). Siendo el de Victoria un gobierno sin fondos no se hizo trabajo alguno en los caminos. Las Memorias subsecuentes, dan fe de lo mismo, ningún trabajo se realizó en ninguno de los caminos, y es en la de 1831, tiempo en el que Anastacio Bustamante era el Presiente de la República, anota algo que nos reafirma que el camino a Veracruz era, sin lugar a dudas, el de mayor importancia en México: “El camino de esta capital a Veracruz por Jalapa, que bajo todos aspectos debe considerarse como el principal de la República, se halla en un estado de deterioro que en breve quedará inutilizado para carruajes …” (3); si eso se decía del camino "más importante" bien podemos considerar las condiciones en que el de Tierra-dentro estaba.

   Entrada la década de los años treinta del siglo XIX, la inestabilidad política era la que reinaba en México, el 14 de agosto de 1832 Melchor Múzquiz quedaba como Presdiente, ocupando el cargo tan solo 4 meses, lo seguiría Gómez Pedraza que estaría solamente 3 meses en el poder, vendría luego Agustín Gómez Farías para ocupar por menos de dos meses la silla presidencial y comenzar el 16 de mayo de 1833 las idas y venidas como Presidente de la República a Antonio López de Santa Anna. Para 1838 la inseguridad era lo que reinaba en los Caminos Reales de México, de allí continuará el episodio de la Invasión Norteamericana, los invasores darán cuenta de las pésimas condiciones de los caminos y de la "necesidad de ocurrir profundamente en su reparación" (4) se anotaba en la Memoria del año de 1849.

Fuentes:

1.- "Este Ministerio fue por fin instituido por la Ley de 22 de Abril de 1853, y le fueron encomendados los ramos siguientes: Todas las obras públicas de utilidad y ornato que se hagan con fondos públicos,  y muy principalmente los caminos, canales y desagüe de México".  Siliceo, Manuel. Memoria de la Secretaría y Despacho de Fomento, Industria y Comercio. Imprenta de García Torres. México, 1857. p.5

2.- Ibid. p.7

3.- Ibid.

4.- Ibid. p.8 

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